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La Anatomia de la Vid, Primera Parte

En la anatomia de la vid, se pueden distinguir fácilmente dos zonas; La parte que se encuentra enterrada bajo la superficie del suelo, que corresponde al sistema de raíces de la planta, y una parte aérea que corresponde a lo que generalmente se llama canopia, que está compuesta por varias estructuras, como el tronco, los brazos en el caso que los tenga, los sarmientos o brotes, las hojas, los zarcillos, las yemas, y las inflorescencias.

Cada una de estas estructuras cumple un rol específlco en la vida de la planta.

Las raíces

Las raíces en la vid cumplen varios roles dentro de la planta, destacandose entre ellos:

  • La absorción de agua y nutrientes minerales, como el nitrógeno, fósforo, potasio y otros micronutrientes fundamentales para la subsistencia de la planta.
  • Servir de sostén a la planta.
  • Servir de tejido de acumulación de reserva durante el invierno.

Estas raíces dependiendo del tipo de suelo y de las condiciones climáticas puede alcanzar profundidades que varían entre 50 cm y 12 metros. La profundidad de enraizamiento depende entre otros factores de:

  • La edad de la planta
  • El sistema de riego (frecuencia, duración, método de riego)
  • La profundidad efectiva del suelo en relación a la existencia de capas impenetrables en el perfil al sistema de raices.

Como regla general, se puede decir que los viñedos que son regados mediante sistemas tecnificados o tradicionales, generalmente tienen sistemas de raices mas superficiales, ya que la planta no tienen que explorar en profundidad para encontrar el agua, ya que esta se encuentra superficialmente al momento del riego. Por el contrario, en viñedos de secano (aquellas regiones donde el aporte de agua es natural via las precipitaciones) y donde el riego no esta permitido, o no es necesario, las plantas de vid tienden a profundizar su sistema de raíces en busca de las aguas de lluvia acumuladas en el perfil de suelo.

El sistema de raíces se puede subdividir en dos tipos: las raíces mas viejas y gruesas que cumplen principalmente funciones de transporte de nutrientes, de sostén de la planta, y de acumulación de reservas durante el invierno; y el sistema de raicillas o raíces terciarias, que es el encargado de la absorción de nutrientes y agua desde el suelo.

El sistema de raicillas se genera cada año a partir de las raíces mas viejas, y algunas se encuentra en continuo crecimiento durante toda la temporada. Corresponden a tejidos muy sensibles a condiciones ambientales extremas, como exceso de sales o sequías severas.

Durante la temporada de crecimiento, las raicillas presentan una zona donde ocurren los fenómenos de elongación y una zona donde ocurren los fenómenos de absorción, un ápice de crecimiento y una estructura de protección llamada pilorriza. La zona de absorción es donde ocurre el máximo de absorción de agua y nutrientes minerales, y en esta region se concentran los pelos radiculares, que corresponden a protuberancias de las células de la epidermis. Estos pelos radiculares se ponen en contacto con las partículas del suelo absorbiendo de ellas los factores de crecimiento disponibles, permitiendo de esta forma que la planta incremente el área de absorción y el volumen de suelo efectivamente utilizado.

Aquellas raicillas que sobreviven a una temporada de crecimiento pasan a formar parte del grupo de raices mas viejas de la planta y darán origen la siguiente temporada a nuevas raicillas.

Durante el otoño e invierno, cuando la planta se encuentra en estado dormante o en receso invernal, el crecimiento de la raíz se detiene prácticamente por completo, volviendo a reanudarse este crecimiento a fines del invierno cuando comienzan a elevarse las temperaturas del suelo.

Tronco y Brazos

El tronco y los brazos de la vid cumplen con dos propósitos fundamentales para la planta. El primero de ellos es servir de sostén a el resto de las estructuras que forman la planta (brazos, pitones, cargadores, brotes, sarmientos, etc). El segundo propósito es de servir como canal de conducción de nutrientes desde la raíz hasta las otras estructuras de la planta y de transporte de nutrientes sintetizados en la hoja hasta el resto de las estructuras de la planta.

Los troncos y brazos de la vid crecen en forma radial, es decir en grosor, solamente durante la temporada de crecimiento debido a la multiplicación de las células del cambium vascular, que son las responsables de la formación de los tejidos conductores conocidos como Xilema y Floema.

La corteza de los troncos es gruesa y áspera y se desprende constantemente en forma de tiras longitudinales, todo esto causado por el mismo crecimiento del tronco.

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